Durante el curso de 2024, el Fondo Carnegie para la Paz Internacional y la Ciudad de Los Angeles convocaron a más de una docena de sesiones de escucha para apoyar el desarrollo de la ciudad de su estrategia de comercio e inversión en África por primera vez. Las sesiones de escucha aportaron nuevas voces, perspectivas y geografías directamente al proceso de elaboración de políticas. Como apoyo a estas sesiones, académicos seleccionados desarrollaron ensayos exploratorios sobre las conexiones entre California y África. Estos ensayos tienen previsto informar las consideraciones para elaboración de políticas y para identificar posibles cuestiones para consideración futura en el desarrollo y análisis de las conexiones entre California y África. Son expertos y experimentales a la vez e intentan no solo dar forma a la política, sino también generar una doctrina adicional.
La capacidad de enviar y recibir dinero es esencial para las comunidades migrantes de todos los lugares. Dados los altos costos, retrasos extensos y reglas regulatorias rigurosas que imponen una carga a las instituciones financieras, como, por ejemplo Western Union o bancos tradicionales, muchas comunidades migrantes han desarrollado sus propias redes financieras que facilitan y dan forma a rutas y circuitos para las transacciones. Aunque estas redes han sido el tema de un control considerable y regulación punitiva, la circulación de dinero a escala supranacional debe entenderse como central para substanciar y mediar la vida urbana y economías.1 Al mismo tiempo los avances tecnológicos están dando forma nuevamente tanto a los procesos globales como a las experiencias localizadas de remesas transnacionales. En un esfuerzo por pensar acerca de las relaciones entre ciudades africanas y americanas en maneras generativas y mutuamente beneficiosas, adoptamos un conjunto diverso de conceptos que ayudan a promover la reflexión en torno a este tema e intereses relacionados.
La movilidad transnacional del dinero
Los lugares están conectados a través de la transferencia de ideas, la migración de personas, el movimiento de productos y, por supuesto, los flujos de dinero. De hecho, el movimiento más material, como, por ejemplo, la importación y exportación de productos básicos y la circulación de personas están necesariamente apoyados por sistemas de transferencia de dinero. El dinero se mueve en varias formas y maneras: efectivo llevado en embarcaciones y aviones, conciliaciones SWIFT entre bancos internacionales, transacciones comunicadas y documentadas a través de transacciones de libros contables distribuidas habilitadas tecnológicamente (como Bitcoin), redes de representación basadas en la confianza (conocidas como el sistema hawala), y más. Todos estos modos de movimientos tienen costos. También conllevan riesgos, incluyendo robos, fluctuaciones del tipo de cambio y multas de cumplimiento.
Muchas instituciones financieras de desarrollo y organizaciones multilaterales, como, por ejemplo el Banco Mundial, el Banco de Desarrollo Africano y las Naciones Unidas cuantifican el movimiento de dinero estimando el valor de un corredor de remesas o déficits comerciales netos. Sin embargo, dada la complejidad de medir estos valores debido a flujos ilícitos, informales y no documentados se utilizan una amplia gama de indicadores y estimados al ojo para cubrir vacíos en la información.
Aunque es útil quedar cerca de este valor “real” de pagos transaccionales, este artículo se enfoca en reestructurar estos flujos, utilizar conceptos que anticipen nociones de África como un lugar de desarrollo innovador y tecnología avanzada. Proponemos el concepto de mundialización de la tecnología como una manera de tener un sentido de las relaciones enriquecedoras que se han creado o animado por el cambio tecnológico. La mundialización de la tecnología nos permite ver, si a menudo es ambivalente, maneras en la cual la tecnología es central para el movimiento de dinero y asociada a los procesos de elaboración del mundo.
Elaboración de un mundo: Más allá de la binaria local-global
¿Qué queremos dar a entender con creación de mundos? El término “mundos” se refiere a conjuntos materiales, infraestructurales, sociales y culturales que se crean a través de varios actores y procesos difusos. El concepto de mundialización de la tecnología ha sido esencial para romper con las nociones de lo global y lo local. Al pensar en mundos superpuestos y de varias ubicaciones, en vez de lugares discretos y localizados, los académicos de la mundialización desafían las categorizaciones no útiles, incluyendo binarias, como, por ejemplo, formales e informales e indígenas y extranjeros.
Por ejemplo, imaginemos un emprendimiento de tecnología financiera (tec. fin.) conceptualizado en Nairobi, Kenia, por un fundador que creció en Londres y Kisumu. El emprendimiento se concibe en Ciudad del Cabo, se aloja en algunos centros de datos, se financia inicialmente con ayuda de desarrollo europea y posteriormente con capital de riesgo (VC) norteamericano y eventualmente se extiende a Lagos, Nigeria o Accra, Ghana. Esta realidad se opone a una clasificación simple ya sea como local o global, grande o pequeña o dinámica o fija. Al trazar estos mundos urbanos y valorizar los procesos, las personas y las tecnologías que los crean, podemos enfocarnos en interconexiones y relaciones que dan efecto a redes específicas y durables.
Los mundos se constituyen a través de “procesos continuos de composición” y se hacen y rehacen.2 Se producen por rutina y a veces por actividades mediocres que, debido a su escala empinada, tienen un alcance e impacto enormes. Sin embargo, estos procesos cotidianos operan dentro de contextos estructurales más amplios, como, por ejemplo, cambiar patrones climáticos, modos extractivos de acumulación y la denominada guerra contra el terrorismo, la cual se discute posteriormente en el contexto de Somalia. En este sentido, los mundos que conectan los espacios urbanos de África y aquellos en California se crean a través de relaciones complejas, algunas con componentes que son fluidos y otros que son durables, ninguno de los cuales puede separarse de las historias que dan origen a los mismos. La naturaleza dinámica de la creación de mundos es instrumental en la formación de nuevas geografías, circulaciones y lugares, territorializados y reajustados nuevamente a través de flujos de personas, ideas, productos y dinero derivados y dinámicos.
En efecto, la creación de mundos y los mundos urbanos ofrecen una alternativa a las perspectivas reduccionistas y evolutivas de África y sus ciudades. Estas perspectivas limitantes se perpetúan a través de la literatura, política y medios en donde las experiencias africanas se estructuran como localistas y provinciales, llenas únicamente con el sufrimiento y la crisis.3 Desde influenciar la cultura popular hasta la creación de redes económicas ricas para el comercio, la creación de mundos vuelve a concebir a África, no como la periferia, sino como rederes urbanas centrales, importantes, específicas e innovadoras.
Tecnología de África: Más allá de África como una frontera
Es difícil pensar acerca de innovación y redes sin considerar la tecnología y su papel central en la reconfiguración de mundos urbanos. A menudo se ve a África como una frontera tecnológica, un lugar considerablemente sin ser tocado por la expansión de los avances e infraestructura tecnológica. Aunque algunos ven un mercado emocionante e “inexplorado”, otros temen que la expansión de la tecnología interrumpa las prácticas indígenas y modificar la vida y cultura africana. La mundialización de la tecnología, a medida que avanzamos en esta área, rechaza tanto las perspectivas tecno-optimistas como tecno-pesimistas de la tecnología en África. La tecnología no “salvará a África” de las autocracias del pasado o de las explotaciones futuras, sin embargo, no se puede rechazar como un todo ya que será instrumental para crear sistemas y economías más justos.
La mundialización de la tecnología rechaza también la idea de que la tecnología no es africana o que las sociedades africanas solo alteran la tecnología,4 pero no la crean. Al pensar acerca de la tecnología de (en lugar de para) África, el autor nigeriano-norteamericano Teju Cole, hablando a una sala de académicos europeos en una conferencia en Alemania en 2015, hizo una lectura titulada: “¿Los nativos digitales africanos utilizan faldas transparentes?”5 Su lectura objetaba la noción de que la tecnología digital no era auténticamente africana. En 2018, luego de la propaganda y emoción en torno a la imaginaria de tecnología en África exhibida en Wakanda, la escritora y poeta sudafricana Mohale Mashigo puso como título a un capítulo de su colección “Afrofuturismo: Ayashis’ Amateki.” El título se refiere a una canción acerca de un par de zapatos que son lindos pero muy pequeños para que queden cómodos. (Publicó una versión abreviada del ensayo bajo el título “El afrofuturismo no es para los africanos que viven en África”6). El título refleja su inconformidad con la adopción masiva de ideas respecto a los futuros tecnológicos, ciudades e imaginarios de África que emanan de la diáspora. De hecho, desde Lagos hasta Johannesburgo, los comentaristas en Twitter recordaron al mundo que los trenes de alta velocidad y tableros digitales ya existen en muchas ciudades africanas y difícilmente se deberían considerar una ficción.
En favor de esta crítica, el prominente académico de África, teórico social y activista AbdouMaliq Simone hace énfasis en la inseparabilidad entre la vida urbana de África, la tecnicidad cotidiana y los mundos de vida y efectos materiales de la tecnología.7 Simone llama la atención de cómo los sistemas, prácticas y redes africanas son calculados, mediados y concebidos. Sin perjuicio de las maneras en el contexto africano (y en la diáspora) esta tecnología se ha utilizado violentamente para catalogar, controlar y extraer, Simone escribe que “la lógica e instrumentos de la tecnología pueden facilitar una reimaginación progresiva de lo que significa habitar el sector urbano.”8 Esta reimaginación nos traslada más allá de los desarrollos pasados y realidades presentes, exponiéndonos futuros posibles y probables de avances tecnológicos.
Especulación: Entre el riesgo calculador y los futuros inciertos
Los proyectos que buscan intervenir en ecosistemas existentes, cambiando sus funcionamientos en un esfuerzo por producir resultados diferentes, deben comprometerse con una cuestión algo esotérica del futuro. El futuro es donde se manifestarán las decisiones tomadas hoy en día. Además, el futuro es donde se promulgarán las transiciones que ya están en curso, como, por ejemplo, la transición digital en África.
Contra el trasfondo del cambio rápido de África, es útil considerar las técnicas y tecnologías asociadas con hacer conjeturas, imaginar, profetizar y especular. Es aquí donde pasamos de describir palabras que existen para imaginar otras que podrían existir. Aunque la especulación se asocia a veces con las finanzas (pensar en bróker del día o inversionistas de bienes raíces que especulan en cuanto al valor futuro de una acción o cartera de activos), existe una estructura rica de trabajo en las humanidades que se involucra con el concepto en maneras críticas y generativas. La estructura de trabajo rica es útil para pensar más allá de las clasificaciones de elementos imaginarios de desarrollo que han animado mucho de la política global hacia África desde Bretton Woods.
La antropóloga económica Laura Bear ofrece una explicación útil y generosa de la especulación.9 Ella argumenta que la especulación inculca cuestiones (esperanzadoras o distópicas) con lógica tecnológica y financiera de acumulación durable, creando un plataforma para hallar un sentido en los límites de la (in)certidumbre. Sobre esta base, la antropóloga social y teórica queer, Shaka McGlotten recuerda que la especulación está “íntimamente vinculada a ver, a los espéculos, espectadores y a lo espectacular.”10 En este sentido, la especulación refleja un compromiso con el desarrollo de herramientas de medición que disecan el mundo en maneras que hacen que los futuros contingentes sean visibles. Estas herramientas buscan discernir las posibilidades de incertidumbre de la capacidad de cálculo del riesgo, siendo el primero desconocido y el último pudiera, con la información y datos correctos, intentarse medirse. Esto dirige la atención al papel fundamental de la incertidumbre en la especulación.11
Por supuesto, los dominios del cálculo se ven intensamente sesgados. Por ejemplo, aunque las compañías de seguros de salud parecen poder proyectar y por consiguiente fijar un precio a los riesgos de muerte y enfermedades de poblaciones específicas, los académicos de estudios urbanos africanos aún parecen no poder obtener cifras decentes de la población actual de ciudades importantes y áreas urbanas, dejando a un lado las predicciones viables para sus trayectorias de crecimiento incluso en el mediano plazo.12 Sin perjuicio de los muchos desafíos relacionados a la información, las ciudades africanas prometen ser lugares emocionantes para la prueba y experimentación con tecnologías especificativas. Desde las plataformas que dan soporte a los mercados de propiedades (empresas tecnológicas para manejo de propiedades) a avances en vehículos eléctricos (movilidad electrónica), distintos sectores urbanos utilizan la IA (inteligencia artificial) y aprendizaje de máquinas en muchos aspectos (si no es en la mayoría) de la vida urbana, movilizando cualquier información que se encuentre al alcance y utilizando substitutos para la que no esté.
Aunque estas herramientas calculadoras y algorítmicas, como, por ejemplo tableros digitales o tecnologías de juegos, son poderosas e indudablemente obtienen más, estas no especular por sí solas. Estas deben ser utilizadas. La especulación exige que estas herramientas sean puestas en práctica. En este sentido, las prácticas especulativas de creación de mundos, son respecto a la mano de obra, el trabajo involucrado en imaginar el futuro y poner en práctica esta imaginación, con un apetito mayor o menor y aptitud para los riesgos. En este sentido, la tecnología no solo existe, sino que se pone en práctica,13 logrando un significado y valor a través de su participación en procesos especulativos. Este significado y valor está muy vinculado a los mundos que creará al igual que a aquellos que imagina o que espera crear.
Tecnología financiera y remesas: Mundialización de la tecnología transnacional
Las discusiones anteriores sobre creación de mundos, tecnología de África, y especulación se pueden extraer en conjunto en una conversación relacionada a tecnología financiera. Siendo una palabra híbrida de finanzas y tecnología, la palabra tecnología financiera captura innovaciones en la entrega y alcance de los servicios financieros tradicionales, como, por ejemplo, crédito y seguro, así como también productos totalmente nuevos, como, por ejemplo, dinero móvil y criptomonedas. El crecimiento de la tecnología financiera, en particular en el contexto africano, se basa en la expansión reciente del acceso a teléfonos móviles, servicios de información, información relacionada e ICT (infraestructura de tecnología en comunicaciones). Las compañías tecnológicas con sede en California han sido innovadoras importantes en el espacio de tecnología financiera, algunos con un ojo para la optimización de mercados avanzados y otras orientadas hacia objetivos de desarrollo global. En África, la mayoría de VC (capital de riesgo) ha ido a los servicios financieros, incluyendo tecnología financiera y bancos digitales.14 Una de las áreas en donde la tecnología financiera ha buscado mejorar es aquella de las remesas. Esto ha sido particularmente importante en California, un estado que se ha beneficiado inmensamente de la migración global y en donde las comunidades migrantes viven, trabajan y contribuyen a la cultura y economía.
Las remesas están marcadas por un alto volumen de pagos de valor bajo, agregando para determinar el tamaño relativo de los corredores entre distintos lugares. Las remesas transnacionales han sido un área clave para la innovación en torno a modelos y tecnologías financieras. Es de notarse (y sin perjuicio de las limitaciones de información), que el valor de las circulaciones de remesas supera con frecuencia la ayuda o inversión extranjera directa (FDI) invertida en los países africanos. Esta realidad ha impactado la industria financiera y el sector del desarrollo, los cuales han buscado ambos abaratar los procesos de remesa transnacionales y tratar los riesgos percibidos asociados con las remesas, tanto para migrantes como para los mismos estados naciones. Las nuevas tecnologías y modelos han buscado llevar por delante una amplia variedad de procesos costosos, incluyendo el monopolio de la red internacional de comunicación bancaria SWIFT y la legislación laboriosa de conocer al cliente implementada luego de los ataques terroristas del 9/11.
En algunos contextos africanos, las innovaciones de remesas habilitadas por la tecnología financiera forman parte de los emprendimientos y ecosistemas habilitados por tecnologías los cuales se dice imitan, aunque en muchas maneras no lo hacen, los mundos tecnológicos de California. Impulsadas por la confianza de tecnologías financieras de riesgos de capital, las opciones transnacionales de dinero móvil se han multiplicado con ofertas más o menos satisfactorias. Todos los años se ve el lanzamiento de nuevas aplicaciones que intentan capturar diversas bases de clientes, objetar los bloqueos regulatorios y facilitar las vías de pagos que conectan geografías distintas. Por ejemplo, la aplicación WapiPay se enfoca en transferencias entre África y Asia, un corredor desprovisto actualmente de opciones funcionales. En relación a las remesas, muchas compañías han expandido su oferta de servicios, asociaciones con otras compañías de tecnología o expandiéndose y diseñando las plataformas por medio de, por ejemplo, estableciendo funciones para chatear, facilidades de micro-préstamos e incluso opciones de seguro. Dadas las inquietudes por las partes remitentes en cuanto al uso de fondos, la opción de comprar productos en particular, como, por ejemplo, petróleo o abarrotes, se ha comprobado como una desviación menor del envío de efectivo fungible. Por ejemplo, Mukuru ofrece un servicio basado en WhatsApp que permite que las personas en cualquier lugar adquieran combustibles o abarrotes para aquellos en Zimbabue y algunos otros lugares en donde la plataforma se encuentra activa y en donde las monedas suaves están propensas a una devaluación.
Estas plataformas de remesas están a menudo bajas de efectivo, ofreciendo un software como un servicio y basándose en infraestructuras existentes ya sean supermercados o dinero electrónico, para el manejo de monedas digitales o títulos de valor. Un ejemplo de software como un servicio es Uber, una compañía que no posee vehículos ni contrata a conductores, pero que tiene una plataforma digital como su oferta de servicios. Sin embargo, no todos los avances tecnológicos en el espacio de flujos de remesas se dan a lugar a través de emprendimientos/ecosistemas de riesgo de capital al estilo de California. Y no toda la innovación busca interrumpir las redes de legado. De hecho, las compañías de teléfonos móviles durables y en expansión, sin duda a la vanguardia de la innovación tecnológica, supermercados y locales de venta al detalle cada vez se asocian más con compañías de remesas, ofreciendo la última fase en la cadena de valor de remesas (véase por ejemplo Shoprite Send). En muchos casos, las compañías de telecomunicaciones tradicionales, en lugar de los emprendimientos tecnológicos, están allanando el camino para la innovación de remesas. Somalia, por ejemplo, presenta un escenario tecnológico alternativo adicional. El sector de telecomunicaciones del país desarrollado localmente ha desarrollado redes intensas de infraestructura de transferencia de dinero, tanto en el Cuerno de África como más allá.
En Somalia, las tecnologías para dar soporte a las remesas no han sido importadas debido a interrupciones al estilo Silicon Valley, sino que se formaron a través de la historia contingente de Somalia, un caso extremo en el cual el sistema financiero formal quedó deteriorado, las personas de Somalia migraron alrededor del mundo para trabajar, y las redes de confianza basadas en clanes ofrecieron una alternativa al estado.15 Entrelazando las finanzas con la logística, redes densas de agentes se crearon para facilitar el flujo de dinero a través de las fronteras que una vez estuvieron llenas de fricciones y existen porosidades en todo el mundo. A menudo conocido como hawala (un término árabe que se traduce vagamente como “transferencia”), estas redes dependen de la confianza de las alianzas, manejo de débitos y créditos entre ciudades y regiones. Estas redes raramente requieren del movimiento real de dinero y a menudo trabajan junto a redes logísticas, comercializando productos como ganado o cemento para saldar deudas en toda la red de representantes. Hoy en día, las compañías de ICT somalíes se desarrollan basadas en estas redes hawala.16
Un buen ejemplo es Hormuud Telkom, una plataforma líder para dinero móvil en Mogadishu. Notablemente, Hormuud no emergió como la frontera en expansión de una compañía global (como es común para las compañías de telecomunicación africanas). En su lugar, la expansión de Hormuud y la importancia creciente fue una respuesta a la caída del negocio hawala somalí Al-Barakaat. Cuando Al-Barakaat fue listada como una filial de Al-Qaeda por varias agencias de las Naciones Unidas y de los EEUU, fue cerrada en lo sucesivo. Hormuud fue establecida en 2002 por Ahmed Nur Jimale en los activos de Al-Barakaat en Mogadishu incluyendo líneas de teléfono fijo y un cliente existente.17 Luego de esto, Hormuud Telkom fue pionera del servicio de dinero móvil muy utilizado EVC-Plus,18 desarrollando recientemente incluso plataformas más avanzadas como WAAFI. Desde entonces Hormuud ha desarrollado redes sólidas (como, por ejemplo, cableado, puertos de tierra y centros de datos), distribuyó redes de agentes en la mayoría de ciudades mundiales, desde Londres hasta Los Angeles y creó plataformas digitales que permiten que los usuarios de teléfonos móviles hagan pagos transfronterizos desde cualquier lugar. Aunque la compañía se desarrolló localmente, ha dejado una huella a nivel mundial, vinculando a personas somalíes de todo el mundo. Es un ejemplo vital de cómo la tecnología desde África conecta a comunidades de una diáspora con las redes mundiales.
El caso de Somalia refuerza el papel vital de la tecnología en el desarrollo de circulaciones entre África y el mundo. Ofrece un escenario de desarrollo alternativo al de la historia de expansión de las tecnologías financieras de California, muy discutida cuando se debate el papel de las ciudades norteamericanas en el desarrollo africano. Nos recuerda que la tecnología no siempre se importa de otros lados, sino que también se puede desarrollar en África y puede tener un alcance e impacto global, impulsando la interoperación y conexión. Estas innovaciones y tecnologías en el espacio del movimiento de dinero (tanto en formas reales como virtuales) no pueden mezclarse con tecnología grande, y tampoco estos mundos pueden reducirse a prácticas pequeñas o informales. Las compañías africanas, tanto los emprendimientos como las ICT establecidas, están ambas involucradas en la creación del mundo y la creación del futuro. El engrosamiento y la promoción de las redes tecnológicas que dan soporte a las circulaciones de remesas reflejan la vitalidad no solamente de los micro-mundos, sino también de los mundos tecnológicos. Aquí, la tecnología da forma a las finanzas y comercio. Fortalecer las conexiones, por ejemplo, entre California y África, exige trabajar con estos mundos tecnológicos. Existen a una escala y regularidad con la que deben contender cualquier política vinculada con las relaciones entre lugares.
Notas
1Liza Rose Cirolia, Suzanne Hall y Henrietta Nyamnjoh, “Micro-mundos de remesa e infraestructura de migrantes: Circulaciones, disrupciones y el movimiento del dinero,” Transacciones del Instituto de Geógrafos Ingleses47, no. 1 (2022): 63–76, https://doi.org/10.1111/tran.12467.
2Ben Anderson, Mattew Kearnes, Colin McFarlane y Dan Swanton, “Sobre ensamblajes y geografía,” Diálogos en geografía humana2, no. 2 (2012): 171–189, https://doi.org/10.1177/2043820612449261.
3Ananya Roy, Willie Jamal Wright, Yousuf Al-Bulushi y Adam Bledsoe, “‘Un mundo de muchos sures’: (Anti) Negrura y diferencia histórica en conversaciones con Ananya Roy,” Geografía urbana41, no. 6 (2020): 920–935, https://doi.org/10.1080/02723638.2020.1807164.
4Clapperton Chakanetsa Mavhunga, “Introducción: ¿Qué significan la ciencia, tecnología e innovación desde la perspectiva de África?,” Prensa de MIT, 2017, https://hdl.handle.net/1721.1/137003.
5Teju Cole, “¿Los nativos digitales africanos utilizan faldas transparentes?,” Boletín de la Asociación de Literatura Africana11, no. 1 (2017): 38–44.
6Mohale Mashigo, “‘El afroturismo no es para africanos que viven en África,’” en Intrusos: Relatos cortos(Pan Macmillan South Africa, 2018).
7AbdouMaliq Simone, “Ritornello: ‘Personas como infraestructura,’” Geografía urbana42, no. 9 (2021): 1341–48, https://doi.org/10.1080/02723638.2021.1894397.
8Simone, “Ritornello: ‘Personas como infraestructura.’”
9Laura Bear, “Especulación: Una economía política de tecnologías de la imaginación,” Economía y sociedad49, no. 1 (2020): 1–15, https://doi.org/10.1080/03085147.2020.1715604.
10Shaka McGlotten, “Intersecciones ordinarias: Especulaciones sobre la diferencia, justicia y utopía en la vida queer de gente de color,” Antropología transformadora 20, no. 1 (2012): 45–66.
11Jordan Sjol, “Contingencia y misticismo de economía a finanzas: Knight, Ayache, DeLillo,” Teoría, cultura y sociedad39, no. 1 (2022): 61–80, https://doi.org/10.1177/02632764211030547.
12Jacqueline Borel-Saladin, “Dilemas de información: Disponibilidad, acceso y aplicabilidad para análisis en ciudades del África Subsahariana,” en Foro urbano(vol. 28, 333–343). Springer Netherlands, 2017, https://doi.org/10.1007/s12132-017-9320-5.
13Para una conversación más participativa sobre el “uso,” véase: Sara Ahmed, ¿Cuál es el uso?: Sobre los usos del uso(Durham, NC: Duke University Press, 2019).
14“Capital de riesgo en informe sobre África,” Asociación de Patrimonio Privado Africano y Capital de Riesgo, marzo 2024https://www.avca.africa/media/o5makqy5/avca234-19-vc-report_4.pdf.
15Jutta Bakonyi, Peter Chonka y Kirsti Stuvøy, “Guerra y creación de ciudades en Somalia: Propiedad, poder y vidas desechables” Geografía política73 (2019): 82–91, https://doi.org/10.1016/j.polgeo.2019.05.009.
16Gianluca Iazzolino y Nicole Stremlau, “Guerra, paz y la circulación de dinero móvil en todos los territorios somalíes,” en Thomas Hagmann y Florian Stepputat (eds.), El comercio genera estados: Gobernando la gran economía somalí(Londres: Hurst Publishers, 2023), http://dx.doi.org/10.1093/oso/9780197746219.003.0003.
17Nicole Stremlau y Ridwan Osman, “Tribunales, clanes y compañías: Dinero móvil y resolución de controversias en tierras somalíes,” Estabilidad: Boletín internacional de seguridad y desarrollo4, no. 1 (2015): Art–43, http://dx.doi.org/10.5334/sta.gh.
18Abdinur Ali Mohamed y Mohamed Ibrahim Nor, “Evaluando los efectos del servicio de dinero móvil en empresas pequeñas y medianas: Estudio sobre servicios de EVC-Plus en Somalia,” (2021), DOI: 10.4236/ajibm.2021.115031.